El crematorio de lujo hecho por el estudio KAAN Architecten

Arquitectura que acompaña

El diseño arquitectónico de edificaciones tan particulares como un crematorio, es capaz de construir una atmósfera de paz y consuelo. La arquitectura acompaña a las familias visitantes en todo el proceso funerario. Esto es apreciable en la propuesta del estudio KAAN Architecten para el diseño del crematorio Siesegem en Heimolen, Bélgica.

 

 

El cementerio se ubica en la localidad belga de Sint Niklaas. Emplazado al sur de la autopista E34 que conecta a las ciudades de Gante y Amberes. El cementerio se encuentra rodeado de árboles altos cuyas copas apenas dejan ver las edificaciones en el interior. Lo mismo sucede entre los dos bloques de hormigón blanco que corresponden a la recepción y al crematorio. Esto mantiene una relación de estrecha tensión entre los dos edificios de la propuesta. La huella del proyecto comprende unos 3 817 m2 y fue construido en el año 2008.

 

 

Una peculiar propuesta

La propuesta requería de dos programas: una recepción y un crematorio. El primero integraría las áreas comunes como la cafetería, las salas familiares con los salones ceremoniales. El segundo, requeriría las condiciones espaciales adecuadas para los procedimientos que se centran en el tratamiento de los fallecidos. El estudio de arquitectos decidió dividir el programa en dos bloques, estos se encontrarían separados por razones ambientales y programáticas. De manera que el bloque ceremonial integraría las actividades enfocadas en la vida terrenal mientras que el crematorio develaría todos los elementos del proceso de cremación.

La particularidad de las edificaciones es su monumentalidad y el empleo de materiales como el mármol y el concreto. Estos materiales son aplicados en tonos terrosos y texturas que se asemejan a la arena para evocar el recuerdo de lo terrenal. La monumentalidad de ambos bloques se manifiesta en sus muros de 6 y 9 metros de altura correspondientemente. Tanto el ingreso principal, los accesos a los ambientes y ventanales tienen una escala monumental, produciendo una sensación de verticalidad.

 

 

Otro factor importante que influye en la experiencia espacial de los familiares que acuden al recinto, es el paisaje. El complejo posee una concepción formal muy sobria y tectónica. Los volúmenes de concreto que se funden en la tierra y aperturas al cielo, convirtiendo cada entrada de luz y acceso en un marco para el paisaje que le rodea. Es así que los arquitectos lograron configurar espacios de contemplación y reflexión.

 

 

El edificio ceremonial

El bloque ceremonial, que alberga la mayor cantidad de ambientes, posee una apertura en una esquina a manera de patio. Está cubierto por un “toldo” de concreto blanco, que permite la visualización de la extensa barra de recepción hecha con mármol Ceppo di Gré. Desde este espacio interior exterior, se puede visualizar el acceso a la cafetería y los servicios. Los elementos arquitectónicos están dispuestos de tal forma que se aplique el menor uso de señalización. El recorrido es claro y solemne, coherente con la percepción que se pretende generar. Una vez en el interior, los acabados texturados de los muros en tonos claros expresan el grano de las cenizas mientras que el acabado rugoso y áspero del techo garantiza una acústica adecuada para conservar el silencio en los ambientes. Otros materiales como la madera fueron utilizados en los pisos de las áreas compartidas: las salas familiares y la cafetería.

 

 

El crematorio

En cuanto al bloque del crematorio de Heimolen, este se ubica sobre una explanada que alberga los estacionamientos de visita. Este comprende también el acceso del transporte especializado para el desplazamiento y recepción de los cuerpos. A diferencia del bloque ceremonial, su fachada está compuesta por paneles cuadrados prefabricados de concreto en tono arena con dimensiones de 1 x 1 metros. Sus muros alcanzan los 9 metros de altura y enfatizan la verticalidad como vinculación con el cielo. Esta composición formal esconde la apariencia típica de chimeneas y hornos propia de un crematorio. Pero al interior, todo el proceso de cremación se devela, estimulando la participación reflexiva de los familiares hasta el final del mismo.

 

Así también, es pertinente reconocer las decisiones del grupo de profesionales sobre los mecanismos técnicos del proceso crematorio. Se redujo el impacto ambiental de los hornos en el interior y el exterior, así como el impacto visual y auditivo de los sistemas de tratamiento de gases de combustión. Esto se logró situándolos a una altura adecuada para el confort de los visitantes que acompañan el proceso de cremación. En general, ambos bloques en contraste proponen una secuencia de ambientes a manera de recorrido ceremonial. Los visitantes experimentan las etapas del proceso funerario de manera contemplativa individualmente o en compañía de los suyos.

 

 

El estudio KAAN Arhitecten

Para cumplir con las expectativas del diseño, el estudio KANN Architecten trabajó en colaboración con diversos especialistas. Se incluyó el trabajo de paisajistas, especialistas en acústica y estructuras, así como artistas de la talla de Christof Fink. El diseño monumental se puede apreciar también en los proyectos de arquitectura institucional realizadas anteriormente. Entre ellos: el Tribunal Suprema de los Países Bajos en la Haya, el Tribunal de la Haya del Instituto Holandés (NI) y el museo de Real de Bellas Artes de Amberes. Esto demuestra su preocupación por cubrir los detalles que requiere un programa tan especial como el desarrollo de un crematorio. Así también, el enfoque multidisciplinar con el que pretenden abordar cada uno de sus proyectos.

 

 

Esta ha sido una breve descripción de la ingeniosa propuesta desarrollada por el estudio KAAN Architecten y el grupo de profesionales comprometidos con el proyecto. La idea de un grupo multidisciplinario trabajando en conjunto refuerza el compromiso de los arquitectos en servicio de la comunidad.

 

Fotos: Archdaily

Fuente: Revista Architectura Viva

 

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